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RESEÑA “La Sombra de Dreinlar” de Bernard Torelló

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Autora de la reseña:  Josefina Llorente

 

“La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos”.         
Marco Tulio Cicerón. 

“Las feridas que se reciben en las batallas antes dan honra que la quitan”.  El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes Saavedra. 


Cinco espadas, una daga, otra mujer y un pico y un cuchillo, el maestro, un caído…Y un destino llamado Justicia:

G* A* A* A* E* L* A* G* O 

Todo comienza con una batalla en puro invierno…Y una cicatriz más. "Ar está con todos y cada uno de nosotros"


Sería demasiado excéntrico atisbar en la sangre presente en este relato épico fantástico características o elementos pertenecientes a su vez al líquido vital propio de los libros de caballerías. Como excéntrico sería asimismo intuir o mencionar algún paralelismo entre la locura que producen sus lecturas en el Caballero de la Triste Figura y una posible y sutil desviación mental (juzgada desde una visión filosófico moralista) en los miembros de una sociedad jerarquizada por la lucha, donde la intriga del poder  y los ancestros tienen un papel fundamental, cual es la que describe Bernard Torelló en La Sombra de Dreinlar.  Pues la sangre fresca de este libro procede más de la razón de unos y de la ambición de otros que de la enajenación mental de los pueblos. Sin embargo, en torno a conceptos como  el honor, la justicia, la amistad, la lealtad, la familia, la verdad giran tanto uno como otro texto.

"Cuando me uní al ejército fue porque deseaba proteger a nuestra gente. Hay honor en ello. Pero…no acepto segar vidas sin razón alguna”


Es este un texto fantástico sin dejar de ser razonado, donde de forma abierta o solapada, como en todos los conflictos, descubrimos emociones humanas tan antiguas, salvajes y arraigadas como la venganza.


Toda ciencia tiene sus maestros. Para un guerrero, la guerra es una ciencia y tiene sus maestros. Para un creyente, su religión es una ciencia y tiene sus maestros. No están tan lejos la fe y las guerras. Pero todo científico se encuentra con argumentos contradictorios, mientras progresa en su estudio.  La lucha puede ser un acto noble, si hay nobleza en el corazón del guerrero y en el fin mismo. Y puede estar también fundamentada en la fe, aunque muchos diferirán. La fe es una planta comestible para nuestros protagonistas, pero no es el único alimento disponible. Abrazarla es elección propia.

"Los conflictos bélicos siempre han carecido de sentido.”

"No hay nada bueno en matar a un hombre.”

"La casualidad no existe, todo está determinado por Ar”

Pero no es una crisis de fe lo que mueve a nuestro protagonista, que es una crisis personal, desorbitada  por la política, que curiosamente también es una ciencia. Él pide licencia de un año para asistir a una wesad. Además, precisa saber de buena mano todo lo acontecido y por acontecer en torno al feudo, su tío y primos, y la posible guerra que parece se está preparando en el reino.

Necesita retirarse para mirar de lejos…
¿Lo logrará?

"El deber me pide que me quede pero mi corazón me pide que me vaya"

“—¿Qué podemos hacer, Awan? Somos cuatro soldados, una solista y un niño"

No está solo, los hombres buenos nunca están solos cuando buscan la verdad, pues la verdad es la misma para todos.

El maestro se presenta ante el maestro, ¡queremos saberlo todo!

"La nueva estación traerá la guerra consigo". En tanto, Bernard Torelló nos presenta: “El reino de Dreinlar, una monarquía no hereditaria, en continua reestructuración.”

"Cualquier chico del reino ha soñado alguna vez con ser un edda, los diez mejores guerreros nombrados por el rey en persona…”


El uso del diálogo como principal recurso narrativo concede al texto una frescura y credibilidad, que unido a la eficacia y pragmatismo de los mismos y de la magnitud de las  pasiones humanas presentes, ayudan a que la mente del lector siga al sinuoso movimiento de la vista, leyendo;  como un perro guardián concentrado en su labor de protección, vigilante de los límites de su espacio.

"La guerra nos cambia a todos"

¿Monje o demonio?  Mató a un conspirador y alguien que tiene su legado se dispone a ejecutar el asalto al poder. ¿Lo impedirá Aelthad? 


Y de nuevo me sirvo de Cervantes: "Nunca la lanza embotó la pluma, ni la pluma la lanza " El Quijote

La intriga está servida. El autor trenza las fibras de su novelesco relato hasta casi la mitad del texto, pero no es una labor para nada tediosa, sino interesante y hermosa. Para y sin un break, de ahí en adelante comenzar a destrenzar con las espadas.

 

En un cabo, varios hombres buenos, con pasados sangrientos; a uno le llaman demonio.
En otro cabo, algunos hombres malos; y el poder.
¡Matar a tu hermano mayor, matar al rey y matar al legítimo heredero…!

 

Pero una trenza consta de tres cabos. El tercero lo forman la justicia y el elemento sorpresa juntos; y todo está en la pluma del autor.


Qué maravillosa historia, la que nos cuenta Bernad Torelló en esta novela épico fantástica,  La Sombra de Dreinlar, donde como un árbol, las raíces ocultas bajo tierra alimentan y sustentan toda la estructura, desde el tronco a las ramas y las hojas. Se pierden vidas, todas importantes. Pero la verdadera nobleza sobrevive a la maldad  y a la ambición del hombre.

 

Bajo el sol (Ar), la intriga marchita y la verdad florece

Aquí los anillos representan alianzas de poder que corrompen hasta los dedos que los lucen, por lo que algunos dedos…Serán seccionados.

 

—¿Cuál es tu nombre?

 Soy Aelthad de Arbennios. ¿Quién eres tú?

—Alguien con la misma mala fortuna que tú, según parece. Me llamo Liv 


"La cabeza de la Hidra saltó por los aires y voló, salpicando de sangre el cielo y la tierra. El cuerpo decapitado se desplomó en el suelo, primero de rodillas, luego de bruces.
Ninguna cabeza creció para sustituir la cercenada."

¡Yo te reto al godiac, Belfuch Belthanab!

"Se observaron desde detrás de la lluvia,
desde detrás de los yelmos.”

Con este nuevo título, La Sombra de Dreinlar, su autor, Bernard Torelló, una vez más nos sorprende y reconoce a sus lectores, con un texto inteligente y un manejo experto del tiempo de desarrollo para este fantástico entramado de pasiones y aceros.

 

Aunque el afluente guarda memoria desde su nacimiento en la montaña, su principal historia no comienza ahí sino cuando se une al río. Igualmente esta novela no arranca en el kilómetro cero de la vida de sus protagonistas, y es la memoria, la que fundamentará el destino de los mismos.  “La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados”  Johann Paul Friedrich Richter

Con su meticulosidad, hasta en los nombres, flores de gran belleza todos ellos, Bernard Torelló culmina un texto redondo y rotundo, y sin apenas datos aleatorios, excepto esos destellos líricos en sentencias y reflexiones, que añaden valor a esta obra, donde todo está medido y estudiado al milímetro. Y aunque todo transcurre y es como tiene que ser, sin embargo, resulta en un lector sorprendido continuamente, casi burlado en su suspicacia.

La ternura en medio de la lucha, el sol junto a la lluvia. No creo probable la voluntad por parte del autor en exaltar el feminismo en La Sombra de Dreinlar, pero se siente digno ese trato que en esa ficcionada sociedad se le da  a la mujer, en justa igualdad y bellísima diferenciación con el hombre.

 

Gracias, Bernard Torelló por ese final abierto, que no agota ni la historia ni por supuesto tu imaginación, el arte de tu escritura, ni las ganas de leerte.
 

 

 

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